Da mucha relevancia a las variedades de manzana que se usan. La sidrería tiene su propio manzanal, pero también se abastece de otros caseríos, de Aizarnazabal, por poner un ejemplo. Durante la temporada de txotx, de enero a mayo, abrimos a diario (excepto lunes al mediodía y domingo durante la noche). Ubicada en la región alta de Astigarraga, la sidrería Astarbe tiene un amplio comedor. Además del menú de sidrería, ofrecen menú infantil y la oportunidad de comer costilla, y en verano se pueden probar platos elaborados con modelos de la temporada. Las sucesivas generaciones se han ido adaptando a los nuevos tiempos mediante las novedosas tecnologías.
En enero va a arrancar el \’txotx\’, esa tradición vasca de recorrer con la cuadrilla diferentes sidrerías para probar la cosecha del año, en un aquelarre que se alarga hasta mayo. “La magia de la sidra vasca es que se consume al libre albedrío, parado, probando cada kupela a lo largo del almuerzo”, comenta Joseba mientras se dispone a abrir el pitorro de uno de sus toneles. “En realidad ya se ha deformado un tanto lo que era el txotx, donde se visitaban media docena de sagardotegiak para obtener la sidra que te gustaba mucho más de cada kupela. Ahora es mucho más un ritual donde lo esencial es comer y, ya que nos encontramos, probamos sidra; a mí ese concepto no me agrada y quisiese modificarlo”, apostilla Hur. El día de hoy esta planta baja se emplea como cava para la crianza de las sidras espumosas, con las que comenzaron hace seis años.
Foto De : Sidrería Astarbe
Símbolo de la hermosura, de la vida eterna o del pecado, la manzana es la fruta con mucho más controversia en todas y cada una de las mitologías europeas. En este momento te llevamos las kupelas (barricas) a la mesa donde lograras gozar de la degustación de siempre y en todo momento sin moverte de tú ubicación. Si no puedes acercarte también contamos la opción de llevar estas sidras a hogar.
“Nosotros queremos asimismo recobrar esa tradición que existía hace décadas donde iban de la mano las sidrerías con los artistas locales”. Por eso montaron SagarArte, con el que financian distintos proyectos culturales relacionados con el planeta rural y el manzanal, “por el hecho de que nuestra pasión, ya hace cuando menos 450 años, es la sidra”. Astarbe tiene una larga historia sidrera, y está documentado que desde 1563 está familia se ha dedicado a la elaboración de la sidra, y que la sidrería funcionaba como tal.
Sidrería Astarbe, Astigarraga – Menú, Costos Y Restaurante Opiniones – Tripadvisor
Situado en el caserío Mendiola, 15 generaciones pasaron ahora por su lagar, y hasta esta época, 7 mujeres la han heredado, motivo por el que se cambió 7 veces el apellido del caserío Mendiola. A lo largo de estos siglos ha habido de todo; desde el sidrero que partió a la caza de ballenas, hasta la mujer que se peleó por el precio de la sidra, pasando por reconocidos sidreros. La sidra Euskal Sagardoa es una sidra de bastante cuerpo y enorme intensidad, seco y jugoso.
Sidrería Astarbe, En Astigarraga
“Mis ancestros lo construyeron estratégicamente al pie del Sendero Real, por donde pasaba el comercio que iba entre La capital española y París. Esta senda conducía asimismo al puerto de Pasajes, lugar desde el que zarpaban balleneros y pescadores de bacalao cargados de toneles de sidra, uno de sus primordiales sustentos”. Si en agosto se comienza a recoger la pelestriña –que en esta casa no usan para la elaboración– y en septiembre la sosa y amarga goikoetxe, ahora es tiempo de vendimiar la astarbe y en noviembre la mendiola. Las frutas vendimiadas se tratan estas semanas de otoño en el lagar nuevo, con maquinaria del siglo XXI, ubicado en un anexo al gran comedor y donde descansa el mosto a lo largo de un par de días en cubas de acero inoxidable. El primigenio lagar estaba en el caserío \’Mendiola\’, construido en dos plantas, con una superficie de 400 metros cuadrados cada una. “Era tan importante la región dedicada a la elaboración de sidra que solo un quinto se encontraba destinada a la vivienda”, enseña Gorka Airzkoreta, director de Turismo y Marketing de la sidrería. Tras la Guerra de la Independencia, donde los franceses y también ingleses hicieron numerosos estropicios en la región –llegaron a abrasar el próximo Palacio Murgia–, la familia decidió volver a poner el caserío, que amenazaba ruina, y construir otro anexo.
Ciertas se elaboran en barricas de castaño, y eso les trasmite una personalidad muy especial. Astarbe busca siempre y en todo momento una sidra Euskal Sagardoa que evolucione bien en botella. Usan diferentes variedades de manzana, entre las que se puede destacar las variedades Mendiola y Astarbe, cultivadas ya hace siglos en Astarbe y que le dan a la sidra una personalidad especial.
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Enorme aspecto de ser útil nueces, queso y membrillo con los postres. Mientras que Joseba y Gorka manejan con destreza la kizkia –un palo rematado con un punzón que evita agacharse para agarrar el fruto–, la perra Hiru (3 en euskera, por su pelaje tricolor) esquiva como un rayo los manzanos y nogales de una de las parcelas propiedad de la familia Astarbe. Los terrenos lindan con su caserío \’Mendiola\’ y con el cementerio de esta pequeña localidad guipuzcoana, considerada la ciudad más importante de la sidra por el número de sagardotegiak –sidrerías– (mucho más de una veintena) que hay en proporción a sus habitantes (poco más de 7.000). Algunas sidras se desarrollan en barricas de castaño, y la meta de Astarbe con Euskal Sagardoa es que esa personalidad evolucione bien en botella.
“Cambió la kizkia por el arpón y se embarcó hacia Terranova, donde estaban esos cetáceos cuya grasa era el petróleo de aquella época, pues se utilizaba para los iluminados”, recuerda Hur. La sidra, que los marineros vascos portaban en sus navíos porque, aparte de estar integrada en su dieta día tras día, no se pudría como el agua y no provocaba anomalías de la salud, tejió nudos entre estas tierras verdes de Euskadi y las heladas de Norteamérica. En 2017, los Astarbe viajaron a esa zona de Canadá para rememorar los duros viajes de su antepasado y otros muchos paisanos. Es cierto que con esta manera de trabajo estos frutales tardan mucho más años en generar. “En frente de los patrones de rápida producción (en espalderas), que desde el tercer año están ya sacando fruto, nosotros debemos aguardar unos ocho o nueve. Pero con este seguir nos garantizamos que los árboles están más aclimatados al terreno, van a ser mucho más resistentes y alcanzarán a ser centenarios”, presume orgulloso Joseba. Hebreos, griegos, romanos, vikingos, celtas y cristianos hablaban de la manzana en sus leyendas.