La segunda temporada también cuenta con Rosa Vargas como personaje principal (interpretada por María Mera, que se va a ver cubierta en un nuevo caso tras el desenlace de la primera temporada (del que no afirmaremos nada para eludir spoilers). En esta ocasión el punto de atención se pondrá sobre la prostitución de menores, pero la protagonista tendrá que continuar peleando contra sus propios espectros. Entre las primordiales novedades está la dirección de fotografía y arte, entre los pocos puntos fuertes de está segunda temporada.
Me atrevería a decir que esta segunda temporada está mejor que la primera, en ese sentido. Eso sí, en unas restricciones presupuestarias que ‘El Sabor de las Margaritas’ solventa bastante bien a través de la imaginación del artículo. La serie se permite cierta valentía y “literalidad” en el momento de enseñar ciertas situaciones. Ya hablamos para finalizar el año de esta fabulosa serie Gallega de El gusto de las margaritas y sus poco comúnes dotes para sacar adelante una historia de investigación y corrupción en los fantásticos panoramas gallegos.
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Sin embargo, Eva, también deberá lidiar con sus propios espectros y su enfermedad mental. Por otra parte, el inspector Raúl Salgado (Santi Pegro), va a ser el encargado de investigar una sucesión de crímenes que le van a llevar a atravesar caminos, sin él saberlo, con Eva. En la primera temporada nos transportamos a Muriás, una aldea gallega en la que jamás pasa nada hasta el momento en que desaparece una muchacha, como en la famosa (y genial) Twin Peaks.
Con una estética mucho más vigilada, los escenarios urbanos y el espectáculo de luces de neón y ambiente de burdel recuerdan, salvando las distancias, al aura de películas como Solo Dios excusa o The Neon Demon. Pero se queda ahí, el artificio no resuelve nada y el resultado es mucho envoltorio para poca substancia. La historia hace aguas y en ocasiones se ven intentos forzados de ingresar elementos que den carnaza a la audiencia, como el monólogo de Eva en una de las situaciones finales en una mezcla entre surrealismo onírico y vergüenza ajena. La resolución final está mal realizada, como si los argumentistas no hubieran conocido la forma de deshacer el enredo que habían organizado y dieran una vía de escape a la agobiada. Jugando nuevamente con ornamentar lo poco trascendental, la escena final de Eva penetrando en una celebración privada como la victoriosa salvadora de Rebeca (Sara Sanz) bebe bastante de Eyes Wide Shut, en un intento de homenaje a Stanley Kubrick mal ejecutado. La idea sigue la misma línea estructural que en la primera temporada, conexiones de historias paralelas que en el final convergen en un mismo punto.
María Mera Y Su Eva Mayo Un Must
Lo atrayente de la primera temporada eran las tramas corales con un sinfín de actores en la pantalla compartiendo importancia en diferentes historias que tejían la trama principal. Esta vez eso desparece para centrar todo el peso de la historia en Eva y su drama psíquico-familiar. Durante los seis episodios que conforman la temporada su expresión siempre y en todo momento es la misma, sin reflejar la mucho más mínima emoción. El único intento fugaz de dejar entrever algún recurso expresivo se produce en el momento en que el personaje padece amnesia, en las que Mera hace un ritual de temblores con la mano izquierda que no tienen ninguna credibilidad. Esta coproducción de CTV, TVG y Comarex revela que la imaginación local puede sobrepasar las barreras presupuestarias por medio de una historia bien construida en guion.
La Tercera Temporada De “el Gusto De Las Margaritas”
Los giros de guion no cesaron hasta el final y la contestación del público fue la que se merecía un razonamiento que, si bien estaba hecho con pocos recursos, no tenía nada que envidiar a enormes producciones del género en la interfaz. El final de esta segunda temporada es un ejemplo de los inconvenientes y ambigüedad en el que se sustenta el cosmos y personajes de ‘El Sabor de las Margaritas’. Sobre todo, pues no dejará indiferente a absolutamente nadie y que puede traer consigo un enfrentamiento atrayente. De hecho, una de esas secuencias finales homenajea a ‘Saló o los 120 días de Sodoma’, pero hasta ahí puedo mencionar. Pienso que esta segunda temporada no ha tenido el mismo tirón que tuvo la primera, o al menos he oído hablar menos de ella. Pero tiene bastante mérito lo que se hizo con medios limitados y que esto llegue al escaparate del mundo entero mediante Netflix.
‘El Sabor de las Margaritas’ se “aleja” del pueblecito de Murias para enrocar su relato en la frialdad de la ciudad, unos años tras los hechos acaecidos en el final de la primera temporada. La serie cambia el lugar, pero su leitmotiv no difiere bastante del de la primera serie de episodios. Los próximos seis capítulos que forman esta segunda tanda van a llegar a TVG en primer lugar a partir del próximo domingo 22 de marzo, emitiéndose cada uno de estos capítulos de 70 minutos de duración semana tras semana.
No obstante, pese a que comparta en estructura matices con su antecesora, la segunda entrega de El gusto de las margaritas queda lejísimos de hacer sombra a la primera. El cambio inicial está en la dirección, Miguel Conde cede el testigo a Alex Sampaio que se pone al cargo de una trama que podría haber tenido más juego de tener un guion medianamente beneficioso. La personaje principal Eva (María Pura), prosigue con su taciturno devenir por las tierras gallegas estudiando y peleando contra las mafias de trata de mujeres, tras salir de la cárcel. La historia, una vez sabida la trama que viene de la primera temporada, nace más negra y desde un inicio nos mete más en esos bajos fondos en los que la gentuza que tiene dinero y poder campa a sus anchas. En el momento en que se estrenó la primera temporada de este thriller policial gallego en Netflix (la primera rodada íntegramente en gallego de la interfaz), parecía una serie más que pasaría desapercibida entre tanto estreno, pero se transformó en una joya oculta.
Segunda temporada de esta serie en la que Eva Mayo, en independencia tras dos años de prisión, recibe una llamada de su viejo compañero Mauro Seoane para decirle que su hija fue secuestrada. Eva prosigue cubierta en un viaje por el mundo de la prostitución llena de sitios más tenebrosos que en la previo entrega. Cuando alguien le solicita asistencia, se infiltra en un club vinculado a una red de prostitución de inferiores.
Mejor Fotografía Pero Un Guion Que Hace Aguas
Tiene esa intensidad tradicional del noir pero con una vista tradicional, cercana y creíble que la convierten en una serie adictiva. Y ese es su misterio, utilizar una trama que podría estar manida y ofrecerle un giro para convertirla en un original thriller policial. Dado que todo el importancia recaiga en el personaje de Eva es el principal fallo.
Secretos, perversión, corrupción y una personaje principal llena de enfrentamientos internos interpretada por María Pura. La segunda temporada de El sabor de las Margaritas cumple perfectamente el refrán “segundas partes nunca fueron buenas”. La serie de la televisión autonómica gallega asoló en el momento en que aterrizó en el mes de marzo de 2019 en Netflix, el asombroso éxito de la primera distribución hacía presagiar una segunda temporada que se intuía cargada de más acción y con un presupuesto mucho más espléndido. No obstante, no es menor el trabajo de los otros actores que llegan esta segunda temporada como la situacion de Santi Pegro, Noelia Castaño o Rebeca Stones, entre otros. Mientras, en la dirección se genera un cambio y es Álex Sampayo el que se hace cargo en estos nuevos episodios. Un thriller interesante y de manual que, pese a la duración de sus capítulos, unos 70 minutos aprox., sabe mantener realmente bien la tensión y ritmo.